domingo, octubre 08, 2006

Mujer ciudadana vale por dos

A 53 años de que se aprobó el sufragio femenino en México, las mujeres podemos sentirnos orgullosas de tener el derecho de votar y ejercerlo, el camino para conseguirlo ha sido largo y lleno de esfuerzo y de pasión.

La mujer de la antigüedad tenía que ser hombre para ser ciudadana. En la época de Platón y Aristóteles ser mujer no era deseable, se creía que la naturaleza les había otorgado a las mujeres características inferiores a las de los hombres por lo tanto sus actividades se reducían a la esfera doméstica y aún ahí eran restringidas.

En el Renacimiento, a las mujeres nunca se les confió algún cargo de importancia, ellas podían participar de asambleas en las comunidades pero no en asambleas consultivas, en ese tiempo Maquiavleo establecía que la mujer era inferior; el consejo que él le daba al príncipe era alejarse de la fortuna porque ésta era como la mujer y para poder mantearla sometida había que pegarle, por lo tanto la mujer maquiavélica para ser ciudadana tenía que ser sumisa y reservada.

La mujer tenía su ámbito de influencia en la esfera de lo privado y lo más inmediato eran sus hijos. La herencia de las pater familias de los griegos aún estaba presente. Thomas Hobbes habla de un convenio o contrato donde se pacta entre el hombre y la mujer para que sea el primero la cabeza de la familia y no como una desigualdad de naturaleza. De esta manera la mujer podía ser ciudadana sólo por un contrato.

Si bien la Revolución Francesa se basa en los principios de libertad, igualdad, fraternidad y reivindicación del pueblo, pronto mostró sus límites, aún con los derechos obtenidos por las mujeres se les pedía su regreso al hogar. Montesquieu contextualiza a las mujeres en un determinado lugar, las cualidades y habilidades de las mujeres dependerán del clima en el que se encuentren.

El lugar perfecto para las mujeres según Montesquieu para estar en igualdad de condiciones con los hombres, es el país, ciudad o territorio de clima templado, porque es por este clima que las mujeres conservan sus atractivos y envejece al mismo tiempo que el hombre es entonces que se da una igualdad entre los sexos. Para ser ciudadana, la mujer tiene que vivir en clima templado.

La mujer introducida en el proceso productivo, envuelta en las luchas sindicales, escribiendo en la prensa, tiene derecho a conservar a sus hijos y a divorciarse de esposo, aparece en la escena pública. Los movimientos femeninos estaban a flor de piel y las mujeres luchaban día a día por ocupar un lugar en el mundo masculino.

El sufragio femenino se le conoció como la extensión del voto o el “voto universal”, el ideal de que obteniendo ese derecho las mujeres se reivindicarían y lograrían una igualdad ante los hombres, la historia nos enseña que no ha sido así.

En México desde 1915 en el marco del Primer Congreso Feminista en Yucatán se promovió el sufragio femenino pero no se logró nada, en 1931 se reivindicó el voto femenino en el Primer Congreso Nacional de Obreras y Campesinas en la Ciudad de México, no pasó nada. No fue hasta 1947 estando como presidente Miguel Alemán autoriza el sufragio femenino y se da una reforma constitucional.

Curiosamente fue hasta 1953 cuando se reconocen los derechos políticos de las mujeres cuando el PRI estaba consolidado y el movimiento feminista prácticamente inexistente. De esta forma Hermila Galindo, Elvia Carrillo Puerto y Cuca García vieron consolidada su lucha, aunque con otros matices.

Para el año 2006 las mujeres mexicanas podemos sentirnos orgullosas de que la ley nos considera ciudadanas. El artículo 34 establece que son ciudadanos de la República los varones y las mujeres, que teniendo la calidad de mexicanos tengan 18 años cumplidos y cuentan además con un modo honesto de vivir.

Algunas preguntas quedan en el aire y están por resolverse. ¿Por qué hay que enseñarles a los hombres que no se les pegue a las mujeres? Porque los índices de violencia intrafamiliar provocados por hombres han desembocado en femenicidios, sí en Chihuahua pero también en Sonora y también en Hermosillo; ¿Por qué aún con el respaldo de la ley las mujeres siguen peleando por salarios iguales y sin diferencia de sexo? Porque está comprobando que mujeres ocupando el mismo puesto que los hombres ganan menos; estas preguntas como muchas otras están esperando responderse, sigamos trabajando.

Como vimos, el solo derecho al voto y el respaldo de la legislación no lo es todo, si bien es cierto, el camino que han recorrido las mujeres para consolidarse como ciudadanas ha sido largo pero los logros están para celebrarse. Para ser ciudadana hay que ser mujer.

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